REFULGENCIA DE LA GLORIA DIVINA UN HACHA PARA HIELO BENDECIDA POR BABA SALVA MI VIDA
En ese tiempo, me estaba preparando para ir de peregrinación al Santuario de Nanda Devi, una de las más difíciles caminatas del Himalaya, cuando fui a ver a Baba, lleve conmigo mi equipo de alta montaña, incluyendo sogas, clavijas, y mi hacha para hielo, un elemento indispensable para sortear los helados terrenos de la alta montaña. Baba pregunto amablemente por mi estado, y le pregunte si podría bendecir mi aventura. Mi anfitriona sugirió que hiciera bendecir el hacha. El sonrió, la tomo en Sus manos, y comenzó a preguntar sobre la composición del acero con que estaba fabricada. Sus estudiantes sabían sobre ello mucho más que yo. De repente, produjo Vibhuti con Su mano en el aire, sin el clásico giro que yo le había visto hacer en público, y lo froto fuertemente en un costado, del lado del pico del hacha. Después dijo con certeza, "Tendrás éxito" y me devolvió el hacha. No sé qué es lo que constituye un milagro, lo que si se es que un mes después, el 26 de Julio, mientras escalaba para llegar al santuario, el pico del hacha para hielo me salvo la vida. Atravesando unos traicioneros bloques de roca húmedos de la montaña, por encima del desfiladero de Rishi Ganga en Rhamani, contaba yo con la ayuda de dos porteadores excelentes de Garhwali. Eran tan hábiles y corajudos que desdeñaban el uso de cualquier soga y cruzaban los bloques y salientes de roca húmeda a fuerza de manos y pies. Ellos iban adelante fijando las sogas, y luego se ponían en cuclillas esperando por mí, a que mi izara con todo mi equipo de montaña. Comenzamos subiendo una angosta y húmeda garganta, particularmente traicionera y resbaladiza. No había puntos de apoyo en los que se pudiera confiar, de modo que los teníamos que ir haciendo al escalar. Mire hacia abajo a la enorme garganta que tenía al río como fondo, 1000 pies más abajo. Trate de subir dando patadas en la tierra para conseguir un punto de apoyo y luego tratando de clavar el pico del hacha bien arriba como para izarme. Para mi consternación el pico daba con roca después de enterrarse unos tres centímetros, cosa que hacía imposible que aguantara mi peso. En ese momento la tierra debajo de mis pies cedió y me quede colgando del hacha mal clavada, balanceándome sobre el precipicio. Por unos angustiosos momentos, el pico soporto todo mi peso, yo pensaba en mi ineptitud más que en el precipicio que tenia debajo, al que si llegaba a caer, era una muerte segura. De algún modo la punta del pico de acero aguanto lo suficiente como para que los porteadores descendieran rápidamente y me rescataran. Después de algunas otras dificultades de ascenso, tuvimos éxito y llegamos a nuestro destino sagrado- el santuario de Nanda Devi- el sagrado día de Gurú Purnima. Hubo otros incidentes en el regreso que nos pusieron los pelos de punta, pero gracias a la Gracia de Swami, los pasamos bien y estoy vivo para contarlo.
Extracto del "Sri Sathya Sai Baba: Una Vida" de Bill Aiken. Como fuera escrito en el Sathyam, Sivam, Sundaram 5, por Sri B. N. Narasimha Murthy |
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