Al desechar las variadas atracciones y distracciones de este hermoso universo, se dirigirán hacia un sitio espiritual, arrastrados por el llamado del espíritu. Esta actitud ha de ser alabada puesto que la Luz del Espíritu es en verdad un Faro para quienes luchan en la oscuridad de los asuntos mundanos. La oscuridad crea confusión y les lleva a tomar una cosa por otra. En la oscuridad, hasta un tocón o un árbol parecen ser un ladrón al acecho que quiere asaltarles. El conocimiento del Sí Mismo es la luz que ha de dispersar tanto las tinieblas como las dudas y diversidades que ellas crean. Sin este conocimiento, la gente vaga por el desierto. Se comporta como si hubiera perdido toda memoria de sí misma y de su origen y destino, despertando compasión entre los sabios. La consciencia de la identidad de uno como el Atma es señal de sabiduría, es como encender la lámpara que dispersa la oscuridad. - Divine Discourse, Mar 16, 1966. |
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