Las escrituras son tan cariñosas con nosotros como una madre. Nos enseñan lecciones como una madre a sus hijos, de acuerdo con el nivel de inteligencia y de las necesidades de tiempo y circunstancia. Una madre de dos niños da al que está sano cada uno de los alimentos por los que clama, pero tiene mucho cuidado de no sobrealimentar al niño enfermo y le da sólo los elementos que pueden restaurarlo pronto a la buena salud. ¿Podemos acusarla de ser parcial con uno y perjudicial contra el otro en conferirle su amor? Las Escrituras también llaman la atención de aquellos que conocen el secreto del trabajo (karma) por su valor innato. El karma puede mejorar la vida y establecer sus ideales correctamente. Todo el mundo debe ser instruido sobre cómo transformar el trabajo en actividad beneficiosa. Sin embargo, el trabajo no lo es todo.- Sutra Vahini, Ch 2. |
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