El reloj despertador nos despierta sonando la alarma a la hora correcta. De la misma manera, los grandes sabios de tiempos antiguos despertaron a los seres humanos del sopor de la ignorancia, adviertiéndoles a la hora adecuada y de la manera correcta. A menudo les dieron contundentes mensajes que incitaban a todos a dejar de ignorar, y comenzar a reconocer, a la Divinidad omnipresente. Las palabras de tales almas grandes deben resonar constantemente en los oídos de ustedes, y guiar e iluminar sus vidas. Jesucristo proclamó que cada persona es una encarnación de la Divinidad en esta forma humana, y que cada ser es un mensajero de Dios. Él demostró en su vida que cada gramo de este cuerpo humano, y hasta la última gota de sangre, deben ser dedicados al servicio de la humanidad. Jesús proclamó: "Un corazón lleno de amor y compasión, es el verdadero templo del Señor". La auténtica ofrenda de ustedes a la amorosa Divinidad debe ser el dedicar sus vidas a la práctica de sus enseñanzas, con alma y corazón. - Divine Discourse, Dec 25, 1980. |
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