Debemos darnos cuenta de los infinitos poderes latentes en nosotros mismos. Son estos poderes los que han permitido a la humanidad inventar todo tipo de maquinarias maravillosas. Los humanos son, por lo tanto, más valiosos que las cosas más preciosas del mundo. Son los seres humanos quienes imparten valor a las cosas, por los cambios que introducen en ellas, como en el caso de los diamantes o las obras de arte. En el terreno espiritual, desde el primer momento se urge a los humanos a conocerse a sí mismos. No debemos ser esclavos de los sentidos, ni tampoco seguir a los demás como ovejas. "Sé un barco, no una oveja" [Juego de palabras en inglés: ship/sheep]. Un barco sirve para transportar a otros, y cruzar el océano. Quien sigue el camino espiritual no sólo se beneficia a sí mismo, sino que promueve el bienestar de los demás. Consideren al cuerpo como un recipiente y a la sabiduría como una cuerda, y utilicen el recipiente para extraer el néctar de la Divinidad del aljibe de la espiritualidad. De ninguna otra manera se puede alcanzar la inmortalidad. |
. - 'My Dear Students', Vol 2, Ch 11, Mar 5, 1995. |
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