| | Durante Su estadía en la selva, una vez Rama se había recostado, apoyando Su cabeza sobre el regazo de Sugriva, y los líderes de los monos se hallaban a su alrededor. La Luna brillaba en lo alto con toda su gloria, pero estaba la consabida mancha rebajando la plenitud del esplendor. Rama preguntó a cada uno de ellos qué indicaba la mancha. Cada uno dio una explicación diferente. El reflejo del mar, dijo uno; una profunda fosa, dijo otro; una cadena de montañas, dijo un tercero. Llegó el turno de Hanuman – Él dijo: "Es Tu reflejo lo que veo en la Luna, Tu color, y nada más". Este fue un simple ejemplo de su devoción. En todas partes, en todo momento, en toda persona, él veía a Rama. Uno debe dedicar todas las tareas como ofrendas al Señor. Nunca se desvíen de esa actitud. Hanuman era un devoto así; para él, Rama era el aliento vital mismo. |
- Divine Discourse, Aug 15, 1964. |
No hay comentarios :
Publicar un comentario