El Señor es el Kalpatharu (el árbol divino que concede los deseos), que da cualquier cosa que se le pida. Pero hay que acercarse al árbol, y manifestar que se desea aquello que uno quiere. El ateo es la persona que se queda lejos del árbol. El teísta es aquel que se ha acercado. El árbol no hace ninguna diferencia – concede bienes a todos. El Señor no castigará ni se vengará, si no Le reconoces o veneras. Gánate el derecho a dirigirte al Señor sin miedo, y el derecho a solicitar tu herencia. Debes llegar a ser tan libre, que cuando te dirijas al Señor, de ti no surja la alabanza. La alabanza es signo de distancia y temor.
- Divine Discourse, Mar 25, 1958. |
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