Vive con la profunda convicción de que eres el Sí Mismo Divino (Atma). Esta es la verdad central y eterna. El Atma es quien ve por tus ojos, oye por tus oídos, trabaja mediante tus dedos y se mueve mediante tus pies. Este auténtico 'tú' no se pondrá eufórico por la alabanza ni abatido por las acusaciones. Si alguien te critica, razona así interiormente: "¿Está él o ella difamando a mi cuerpo? Bien, entonces ¿por qué debería yo preocuparme? ¿O acaso el maltrato va dirigido al Atma? Nada puede afectar su pureza ni manchar su gloria. Entonces, sigo calmo e imperturbable." Puedes preguntar qué pasa entonces con las seguidillas de maltrato. Como las cartas rechazadas por el destinatario, vuelven al remitente.
- Divine Discourse, Feb 19, 1964. |
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