Si sus pensamientos se centraran en torno al cuerpo, tendrán preocupaciones en cuanto a dolencias y enfermedades, reales o imaginarias. Si estuvieran centrados en las riquezas, estarán preocupados de ganancias y pérdidas, impuestos y exenciones. Si vagan en torno a la fama, entonces tendrán que sufrir debido a los altibajos del escándalo, la calumnia y los celos. Por lo tanto dejen que se centren en torno a la sede del poder y el amor que merece una sumisión voluntaria – el Nombre del Señor. Permitan que todo su ser se rinda ante él. Entonces serán felices para siempre. Para los sabios de la cultura Védica, el Nombre del Señor era el aliento mismo; vivían en base al sustento que les proporcionaba la contemplación en la gloria del Señor. Dios es la encarnación misma del Amor. Puede ganársele únicamente a través del Amor.
- Divine Discourse, Oct 3, 1965. |
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