| Los maestros nunca deben maldecir a sus alumnos, no importa cuál sea la provocación. Deben bendecirles siempre. El maestro que maldice como un patán, se reduce a sí mismo al nivel de un patán. Deben vigilar rigurosamente su propio comportamiento, para hallar si hay algún hábito o rasgo que sería dañino en caso de ser imitado por los estudiantes. Ellos mismos deben seguir los consejos que dan. De otro modo, estarían enseñando hipocresía a los pequeños, y alentándoles a adquirir la astucia para no ser atrapados haciendo el mal. Es pura debilidad mental y cobardía permitir que se desarrolle la hipocresía. Si tienes el coraje de enfrentar las consecuencias, nunca dirás falsedades. El maestro se debe esforzar por no imponerse usando el medio fácil del miedo, pues eso está lleno de consecuencias peligrosas para los alumnos. En cambio, debe empeñarse en el camino del amor. | | | | Translated into Bahasa Indonesian by Yuli Santosa |
- Divine Discourse, Nov 25, 1959. |
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