Cuando el Uno se manifiesta como la Naturaleza, compuesta de los cinco elementos, no imaginen que en consecuencia su valor es disminiuido. Cuando se cambia una rupia por diez monedas de paise, su valor no disminuye en absoluto. Así también, vean a la Naturaleza como al Uno Supremo con muchas manifestaciones, no como una multiplicidad de impresiones y atracciones sensoriales. A dondequiera que miren sus ojos, lo que sea que sus oídos oigan, sus dedos toquen, su lengua pruebe, su nariz huela ... tomen todo como que está lleno de Dios. No permitan que el simple sonido, gusto, etc. cautiven sus sentidos. Practiquen el ver a la Divinidad, den la bienvenida y acepten sólo a estos pensamientos y sentimientos, y descarten los demás. Una vez le preguntaron al sabio Tukaram cómo puede la gente mantener controlada a esta mente de mono para que no corra tras los placeres sensuales. El sabio aconsejó: "Dejen que la mente de mono corra; ustedes mantengan al cuerpo consigo, no dejen que se vaya tras la mente". Les animó de esta manera: "Díganle a la mente: no te daré el cuerpo como tu sirviente. Entonces la mente desistirá y podrá ser derrotada".
- Divine Discourse, May 17 1964. |
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