A decir verdad, los campesinos son santos, porque se doblan bajo el peso del servicio que llevan a cabo. Con sus manos alzadas en oración, trabajan día y noche, convirtiendo la tierra y el polvo en nutritivas cosechas de granos, para que todos se alimenten de ellas. De la misma manera, el Señor estará muy complacido con la cosecha de las virtudes, pues en verdad ellas mantienen al mundo. Embárcate desde hoy mismo en esta sacra tarea, y haz que los frutos de tus esfuerzos sean muy sagrados. La preocupación y la pena existirán siempre - alguna cosa del pasado, presente o futuro te molestará, ya sea que estés despierto o dormido. No abandones tus deberes mundanos, sino más bien hazlos con el Nombre del Señor en tus labios, invitando a la gracia de Dios con gratitud. Entonces la preocupación y la pena se desvanecerán, y tendrás paz. Tampoco te enredes en los asuntos de los demás, quedando tan envuelto que no puedas librarte.
- Divine Discourse, Sep 2, 1958. |
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