Cuando un hombre cae en un pozo, ¿de qué serviría que controle su voz y sus emociones y susurre tal sólo, "He caído en este pozo. . . estoy en serio peligro . . . Por favor sálvenme"? y así sucesivamente. Nadie será capaz de oírle ni se salvarle. Tendrá que gritar a todo pulmón, con toda la angustia que está experimentando y con el deseo extremo de ser salvado. Entonces podrá esperar ser socorrido. De manera similar, cuando están cogidos en las espirales de este mundo, cuando han caído en este profundo pozo de miseria mundana, griten con toda su fuerza y todo su corazón para que puedan ser salvador por Dios. De nada sirve musitar débilmente y sin ánimo, "Sálvame… estoy luchando en este samsaar (Vida terrenal)." Cuando la plegaría surge aguda desde el corazón, la ayuda estará asegurada. Canten con un intenso anhelo por Dios y disfruten de la experiencia de adorarle.
- Divine Discourse, 14 Nov 1976. |
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