PENSAMIENTO DEL DIA – 26 DE JULIO 2010
La contemplación en la muerte constituye la base misma de la disciplina espiritual. Sin ella, podrán estar seguros de caer en la falsedad, persiguiendo los objetos del placer sensorial y tratando de acumular riquezas mundanas. La muerte no es una calamidad ominosa. Representa un paso hacia la auspiciosa luminosidad más allá. Es ineludible; no puede ser sobornada, ni postergada por certificados de buena conducta o testimonios de los grandes. Una vez que se ha nacido, la muerte es inevitable. Deberán llevar a cabo acciones que no generen malas consecuencias. Emprendan cada actividad diaria como una ofrenda a Dios. Entonces no necesitarán nacer una y otra vez y podrán escaparle a la muerte. Esta indagación es lo medular mismo de la senda espiritual y les ayudará a alcanzar la inmortalidad.
Sathya Sai Baba
Traducido de la pizarra de Prasanthi Nilayam.
(Herta Pfeifer)
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