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martes, 26 de noviembre de 2013

LA VERDAD SOBRE LA ENFERMEDAD




La verdad sobre la enfermedad

SALUD Y ESPIRITUALIDAD Información que permite entender que la enfermedad es auto-generada de manera inconsciente por las falsas creencias y limitaciones mentales que tienes implantadas. Su propósito es forzarte a localizarlas, a que tomes consciencia de su existencia y las trasciendas, lo que produce tu perfeccionamiento espiritual y la evolución de tu consciencia.

La enfermedad, igual que la pobreza y la soledad son correspondencias de aprendizaje, generan experiencias de sufrimiento y depresión. Cuando buscas dejar de sufrir para encontrar la felicidad, buscas las causas que las generaron para que no se repitan en tu vida, en ese momento encuentras que todas están en tu mente. Conductas ácidas, egoísmo, un modelo equivocado de cómo funciona la realidad, una visión distorsionada de ti mismo y de tu propio poder que destruye tu auto estima y tu confianza interior, hábitos auto destructivos, visualización negativa y preocupada del futuro, sentimientos negativos, pensamientos auto destructivos, comida falsa que genera enfermedad, pretensiones de cambiar a los demás, crítica implacable de tus amigos y seres queridos, mente en el pasado en culpa, vergüenza, tristeza o pena.

 

 

¿Que es la Enfermedad?
Entrevista al Dr. Jorge Iván Carvajal Posada. Médico Cirujano de la U. de A. Pionero de la Medicina Bioenergética

¿Qué es la enfermedad?
Es un maestro, una oportunidad para organizar una armonía superior en nuestra propia vida, a nivel físico, emocional, mental y espiritual.
¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?
El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende
En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma.
Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.
La Salud y Las Emociones
¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional.
Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas.
El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos.
Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?
De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar.
Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.
¿Cómo nos afecta la ira?
La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad permanente, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico
¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?
La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra.
Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas.
La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.
¿La alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

¿Y la tristeza?
La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte.
La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos
negativas cuando las reprimimos.
¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?
Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.
¡Qué difícil!
Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto.
Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo
¿Cómo prevenir la enfermedad?
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla,
porque seremos salud
¿Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida.

Cada vez más personas sufren ansiedad
La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones.
Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.
¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera.
La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el debería será, y no somos ni lo uno ni lo otro.
El estrés es otro de los males de nuestra época
El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar.
Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.
El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico.
Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.

¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?
La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud;
es acceder al altar interior, al ser interior.
Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones.
Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.

¿Qué es para usted la felicidad?
Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad.

Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego.
Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.
Vivir el presente
Vivir el Presente
¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?
Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener.
Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad de habitar la realidad.
Y vivir en realidad es salir del mundo de la confusión.

¿Tan confundidos estamos, en su opinión?
Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden.
Primero creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la muerte

Segundo, creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer.
La tercera ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir.
¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?
El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora.
El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena
En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía.
Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil.
Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama
Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego.
Eso que llamamos habitualmente amor es una forma de drogodependencia, no tiene nada que ver con EL AMOR, que es un estado que puede alcanzar nuestra conciencia. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento.
Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme.
El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad.
Pero a veces nos sentimos atados a un amor
Si el amor conduce a la dependencia es el "eros" que lleva como reverso el "thanatos" . Eros es una cerilla de fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo......
Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor.
Cuando el leño está encendido produce el fuego, Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.
¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad.. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres.
Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro.

Ámate, sincérate y considérate.. Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer.. El amor produce amor

Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti
.
La clave entonces es amarse a sí mismo Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro.
Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.

LA CAUSA DE LA ENFERMEDAD
 
La enfermedad es, desde la perspectiva de un sanador, un desequilibrio. Y éste es el resultado de olvidarse de quién es uno. Este olvido crea pensamientos y acciones que conducen a una forma de vida insana y, en su momento, a la enfermedad. En sí misma, la enfermedad es la señal de que uno está desequilibrado por haberse olvidado de quién es. Se trata de un mensaje directo que no sólo nos dice la forma en que estamos desequilibrados, sino que nos muestra, además, los pasos que debemos dar para volver al yo real y a la salud. Esta información es muy específica si se sabe cómo acceder a ella con seguridad.
Por tanto, se puede entender la enfermedad como una lección que uno se da a sí mismo para ayudarse a recordar quién es. El lector pensará inmediatamente en todo tipo de excepciones a esta afirmación. Pero, en su mayoría, tales excepciones le limitarán a una percepción de la realidad que únicamente incluye este tiempo vivido particular y sólo la vida del cuerpo físico. Por contra, la finalidad que persigo es más trascendental. Las afirmaciones que anteceden sólo podrán ser entendidas por el lector de forma plena y saludable si se acepta ya a sí mismo com existente más allá de las dimensiones físicas del tiempo y el espacio. Sólo se pueden sentir esas afirmaciones como amor si le incluyen a usted como una parte del todo y, por ende, como el todo. Se basan en la idea de que individualización y plenitud son la misma cosa.
Es decir, el todo está formado a priori por partes individuales y éstas, por tanto, no son sólo parte de aquél, sino que, como un holograma, son realmente el todo.
Durante mi propio proceso de crecimiento personal, que se produjo a lo largo de los años mientras hacía mis observaciones del campo energético como consultora, tuvieron lugar dos cambios que alteraron drásti-camente mi forma de trabajar con la gente. El primero consistió en que durante las sesiones empecé a recibir consejos de mis maestros espirituales sobre lo que debía hacer en ellas, lo que me llevó a buscar y a pedir tipos específicos de información relativos a los distintos niveles del aura. El segundo cambio consistió en el desarrollo de lo que yo denomino «visión interna»; es decir, que era capaz de ver en el interior del cuerpo, como si fuera un aparato de rayos X. Mi trabajo fue cambiando lentamente de ser consultora a convertirme en sanadora espiritual.
La curación se convirtió, primero, en una ampliación de la terapia, para pasar luego a ser el núcleo central de toda terapia, pues alcanza a todas las dimensiones del alma y del cuerpo mucho más allá de lo que podía llegar la terapia. Mi trabajo se hizo evidente: estaba curando el alma o convirtiéndome en un canal para ayudar a que el alma recordara, en los momentos en que se olvida y se aparta del camino en la enfermedad o el malestar, quién es y adónde se dirige. Este trabajo me ha resultado muy gratificante, llenándome de éxtasis al experimentar las elevadas energías y los seres angélicos que acuden a la curación. Al mismo tiempo, es un desafío personal enfrentarse al dolor de una terrible enfermedad física, que el sanador debe experimentar hasta cierto punto para curar. Tuve que permitirme ver la tremenda energía y los desequilibrios espirituales con que viven muchas personas. La humanidad lleva consigo un terrible dolor, sufre de soledad y siente un profundo deseo de libertad. El trabajo del sanador es un trabajo de amor. Llega al interior de esas dolorosas áreas del alma y reaviva suavemente la esperanza. Hace que despierte de nuevo la antigua memoria de quién es el alma. Toca la chispa de Dios en cada célula del
cuerpo y le recuerda con cariño que ya es Dios y, al serlo, fluye inexorablemente con la Voluntad Universal hacia la salud y la plenitud.
En los capítulos que siguen expondré el proceso patológico y el de curación, contemplados desde el punto de vista de los maestros espirituales. Compartiré con el lector algunas de mis experiencias como guía espiritual en el ámbito profesional, y comentaré en detalle la elevada percepción sensorial, cómo actúa y cómo la puede aprender el lector. También presentaré la visión de la realidad de Heyoan. Es importante que se entienda todo esto para aprender las técnicas de curación presentadas en la Quinta parte.


LA SEPARACIÓN DE LA REALIDAD
 
La idea aportada por la mecánica newtoniana de que el universo está compuesto de bloques materiales separados se quedó anticuada a principios del siglo xx. Nuestros científicos han presentado abundantes evidencias que demuestran que todos estamos interconectados
de forma permanente; no somos seres separados, sino individualizados. Sólo nuestras viejas costumbres newtonianas de pensar nos conducen a estos conceptos de separación del todo. Sen-cillamente, no son verdaderos. Permítame el lector que le muestre un ejemplo de lo que puede lograrse interpretando la autorresponsabilidad desde el punto de vista de la separación.
Suponga que un niño pequeño enferma de SIDA a causa de una transfusión de sangre. Si se interpreta este caso desde el punto de vista de la separación podríamos considerarlo como una pobre víctima.
Examinado desde la versión popularizada de la autorresponsabilidad, la reacción podría expresarse así: «Bien, él lo ha originado, por tanto, es culpa suya». Sin embargo, desde la perspectiva del holismo diríamos: «¡Qué dura lección han elegido esa valiente alma y su familia para aprender de su mayor realidad! ¿Qué puedo hacer para ayudarles en todo lo posible? ¿Cómo puedo amarles mejor? ¿Cómo puedo ayudarles a recordar quiénes son?». Cualquiera que considere la vida de esta manera no encontrará contradicciones entre la responsabilidad y el amor, pero sí una gran diferencia entre la responsabilidad y la culpa.
El punto de vista de la individualización y el holismo promete respeto y aceptación de cualquier cosa que experimenten otros seres humanos. Por contra, frases como «¡Tú creaste tu cáncer; yo no hubiera hecho algo así!» se dicen desde la perspectiva de la separación, no de la individualización. La separación promueve miedo y victimismo; un miedo y un victimismo que sólo cuentan con el apoyo de la
lusión de ausencia de poder. La responsabilidad y la aceptación promueven poder desde dentro para crear la propia realidad. Así, si el lector tuviera algo que ver inconscientemente en hacer que las cosas sean como son, tendría muchísimo que ver con la creación de las cosas de la forma que desea que sean. Veamos con mayor claridad el proceso del olvido.
Cuando somos niños, los que nos rodean sólo verifican una pequeña parte de nuestra experiencia interna. Esto crea una lucha interior entre la propia conservación y la confirmación procedente de los demás. Durante la infancia necesitábamos muchísima confirmación: estábamos en una fase de aprendizaje y éste se basaba en la confirmación que nos llegaba del mundo exterior. En consecuencia, o creábamos mundos secretos de fantasía o rechazábamos gran parte de la realidad interna no confirmada y encontrábamos la forma de almacenarla para poderla verificar más tarde. Otra forma de explicar el proceso es que bloqueábamos y manteníamos al margen nuestras experiencias, fueran éstas imágenes, pensamientos o sentimientos. El bloqueo nos separaba de forma efectiva, como un muro, de aquella parte de la experiencia, almenos temporalmente. Nos tapiábamos para separarnos de nosotros mismos. Lo cual constituye otro modo de decir que olvidamos quiénes somos. En los capítulos 9 y 10 nos ocupamos ampliamente de los bloques del campo aural. El efecto de estos bloques, cuando se contemplan desde el punto de vista aural, es alterar el saludable flujo de energía que corre por el campo aural, lo que desemboca en la enfermedad. Se convierte en lo que a veces se denomina alma-sustancia estancada. Son las «manchas» de energía-conciencia que se separan del resto de nosotros
Examinemos el proceso empleando la idea de la Gestalt sobre la pared.
Cuando el lector experimenta alguna incomodidad, lo que está experimentando es, en cierto modo, la pared que levantó entre su yo integrado mayor y una parte de sí mismo. Esa pared sirve para contener una parte de usted en la que no desea integrar su experiencia en tal momento. Con el tiempo, la pared se convierte en muro y usted olvida que lo que se ha tapiado es una parte de si mismo; es decir, ha creado más olvidos. Empieza a dar la sensación de que lo que ha quedado empa-redado es algo procedente del exterior; parece que el muro impide que salga alguna fuerza externa pavorosa. Estas paredes internas se crean a lo largo de eones de experiencias del alma. Cuanto más tiempo permanezcan, más parecen guardar algo que no sea el yo separado del yo. Cuanto más tiempo se mantengan, mayor sensación darán de que crean seguridad, pero solidificarán en mayor medida la experiencia de la separación. 

Por fortuna, nadie puede engañarse todo el tiempo, por lo que tarde o temprano acude al pensamiento la idea contraria: «No soy superior, luego debo ser inferior». Ello crea en la persona un estancamiento mental que también constituye una deformación de la estructura del
cuerpo mental. Se produce una división de la fuerza vital en dos corrientes directamente opuestas y la persona cae en una división dualista. Otro ejemplo de este conflicto es: «No puedo hacerlo» y, sin embargo, «lo puedo hacer». Por tanto, tenemos un estancamiento mental en el cuerpo mental. Este estancamiento se expresa en forma de energía y vibraciones y, si el individuo no lo soluciona, puede llegar a convertirse en un tipo de pensamiento disociado y caer en la inconsciencia. Esto afectará al cuerpo emocional (por medio de la vibración inducida descrita más arriba) y causará miedo, debido a que la persona es incapaz de resolver el problema. Dicho miedo se deriva de la irrealidad, por lo que es inaceptable para la persona; en consecuencia, queda bloqueado y puede convertirse igualmente, trans-currido algún tiempo, en inconsciente. Como ya no existe un flujo libre de los sentimientos en el cuerpo emocional, donde aparecerán nuevas manchas oscuras de energía estancada o muy débil, esta interrupción se precipitará al cuerpo etéreo en forma de líneas de fuerza luminosa enmarañadas o desgarradas. Teniendo en cuenta que sobre este conjunto de líneas de fuerza o estructura en rejilla crecen las células del cuerpo físico, a éste se transmitirán los problemas del cuerpo etéreo que lo harán enfermar.
En nuestro ejemplo (figura 15-4), el miedo podría alterar el etéreo en el plexo solar, dando lugar a una so-brecarga del yin en esa área si la persona es incapaz de resolver este dilema concreto. Si se deja que persista, la alteración provocará trastornos en el metabolismo de las energías químicas del cuerpo físico, lo que hará que los sistemas físicos se desequilibren y, en su momento, enfermen. En nuestro ejemplo, la sobrecarga del yin en el plexo solar podría provocar un aumento de la acidez estomacal susceptible de degenerar en úlceras.
Así, las energías desequilibradas de los cuerpos superiores del sistema afectado se van transmitiendo progresivamente en descenso hacia los cuerpos inferiores, hasta provocar la enfermedad en el cuerpo físico. La sensibilidad del sistema enfermo a las sensaciones corporales se ha reducido, y ello puede conducir a una falta de sensibilidad con respecto a las necesidades corporales, lo que se manifiesta, por ejemplo, en la adopción de una dieta inadecuada que puede crear un bucle negativo de realimentación de energías aún más desequilibradas. Cada cuerpo alterado o desequilibrado tiene un efecto perjudicial sobre su vecino superior inmediato. Esta enfermedad tiende a crear una mayor patología.
Las observaciones que he realizado a través de la elevada percepción sensorial demuestran que en las
capas del campo con números pares la enfermedad adopta la forma de los bloques descritos
anteriormente en este libro: infracargados, sobrecargados o con energía oscura obstruida. En las capas estructuradas del campo, la enfermedad adopta la forma de desfiguración, alteración o enmarañamiento.
Puede que aparezcan orificios en la estructura en rejilla o en cualquiera de las capas de números impares del aura.

Los fármacos afectan enormemente al aura. He visto formas de energía oscura en el hígado producidas por las medicinas ingeridas para curar enfermedades anteriores. Durante varios años después de haberse curado supuestamente, la hepatitis deja un color amarillo anaranjado en el hígado.
He visto la pintura radioopaca que se inyecta en la espina dorsal para diagnosticar una lesión diez años después de haberse aplicado, aunque se supone que desaparece del cuerpo en uno o dos meses. La quimioterapia obstruye todo el campo aural, especialmente el hígado, con una energía de aspecto mucoso pardo verdoso. La radioterapia achicharra las capas estructuradas de dicho campo como si fuera una media de nailon quemada. La cirugía deja cicatrices en la primera capa del campo y, en ocasiones, en todas sus fases hasta la séptima capa. Se pueden curar estas cicatrices, deformaciones y obstrucciones con el apoyo a la autocuración del cuerpo físico; si se dejan deformadas, dicho cuerpo tendrá muchas más dificultades para curarse a sí mismo. Después de extirparse un órgano todavía es posible reconstruir el ór-gano etéreo, que servirá para mantener la armonía en los cuerpos aurales situados por encima del cuerpo físico. Imagino que algún día, con un conocimiento más amplio del campo aural y de la bioquímica, podremos hacer que los órganos extirpados vuelvan a crecer.
Como los chakras son los puntos de máxima ingesta energética, constituyen puntos focales de equilibrio muy importantes dentro del sistema energético. Si un chakra está desequilibrado, el resultado será una enfermedad. Cuanto mayor sea su desequilibrio, más grave será la dolencia. Como se ha mostrado en el capítulo 8, figura 8-2, los chakras parecen torbellinos de energía formados por cierto número de conos
espirales de energía más pequeños. Los chakras adultos están recubiertos por una pantalla protectora. En
un sistema sano, dichos conos espirales giran rítmicamente en sincronía con los demás, sorbiendo
energía del CEU hacia el interior para que la utilice el cuerpo. Cada cono está «sintonizado» a una frecuencia específica que precisa el cuerpo para funcionar saludablemente. Sin embargo, en un sistema enfermo estos torbellinos no trabajan sincronizados. Los conos energéticos espirales que los forman pueden ser rápidos o lentos, espasmódicos o ladeados; en ocasiones es posible observar fracturas en la pauta energética. Un cono espiral puede estar parcial o totalmente desplomado o invertido. Estas alteraciones se relacionan con alguna disfunción o patología del cuerpo físico en esa área. Por ejemplo, Schafica Karagula indicaba en Breakthrough lo creativity, refiriéndose a un caso de alteración cerebral, que uno de los torbellinos más pequeños del chakra de corona se derrumbaba, en vez de mantenerse enhiesto, en una forma que la autora consideró normal. También la matriz situada dentro del cerebro del individuo mostraba «huecos» que la energía había saltado. Estos «huecos de chispa» correspondían a la parte del cerebro extirpada quirúrgicamente. En «el caso del corazón roto», John Pierrakos informa haber observado alteraciones en los chakras cardiacos de pacientes afectados de angina de pecho o alguna otra enfermedad cardiovascular. En vez de ser torbellinos brillantes, girando a gran velocidad, los chakras parecían estar obstruidos con una sustancia oscura e inactiva.


Los chakras desfigurados por energías psicológicas no asimiladas correctamente tienen una gran repercución
en la salud físico-mental del Ser humano.

En la figura 15-5 aparecen algunos ejemplos específicos de mis observaciones sobre chakras desfigurados. El primero (figura 15-5A) muestra la configuración de cada una de las hernias de hiato que he estudiado. El chakra del plexo solar tiene ocho torbellinos más pequeños. El pequeño torbellino situado
en el costado izquierdo del cuerpo, en el cuadrante superior izquierdo, parece un muelle que ha saltado.
Esta desfiguración aparece en todo el recorrido hasta la séptima capa del campo. La figura 15-5B muestra cómo se ha estirado la punta de uno de los torbellinos más pequeños. He sido testigo de este proceso en muchos chakras. Aparece en el primero cuando se ha producido alguna lesión en el coxis. Si se ha sufrido algún trauma psicológico grave, donde aparece es en el chakra del plexo solar. Muchas veces se detecta como trauma postoperatorio en un chakra del área donde se ha realizado la intervención quirúrgica. La
igura 15-5C representa un chakra obturado. Toda persona que ha sido sometida a una operación cardiaca muestra energía oscurecida en el chakra del corazón. Las tres personas enfermas de SIDA que he observado tenían obturados el primero y el segundo chakras y en ocasiones el campo completo, dependiendo del progreso de la enfermedad. Los pacientes enfermos de cáncer que he observado mostraban un chakra desgarrado, como el que se ve en la figura 15-5D. Una vez más, las configuraciones aquí relacionadas alcanzan hasta la séptima capa. Puede que un chakra aparezca desgarrado y, sin embargo, que el cáncer no aparezca en el cuerpo hasta dos o más años después. La coraza protectora está totalmente desgarrada de este chakra. En enfermos graves de cáncer he visto rasgada la séptima capa desde los pies hasta los chakras uno, dos y tres y en el interior del chakra cardiaco. La rasgadura de la séptima capa provoca una enorme pérdida de energía en el campo. Además, el paciente queda sujeto a todo tipo de influencias externas que lo afectan no sólo en el aspecto psicológico, sino también en el físico. El campo es incapaz de repeler las energías no saludables que llegan para que el cuerpo las asimile. La figura 15-5E muestra un ejemplo en el que el chakra completo aparece desviado lateralmente.
Lo he visto con frecuencia en el primer chakra, en los casos en que se ha conectado la energía al suelo, principalmente por una pierna, mientras que la otra es débil. Esto se suele asociar también con un coxis que ha quedado bloqueado por un lado.
Estoy empezando a pensar que cada torbellino de un chakra aporta energía a un órgano específico. He observado que cada vez que se produce una alteración en el páncreas ocurre otra en determinado torbellino situado en el lado izquierdo del chakra del plexo solar, justamente debajo del asociado con la hernia de hiato, mientras que si la molestia es en el hígado el afectado es un torbellino distinto, del mismo chakra, que se encuentra cerca de dicho órgano.
La figura 15-5F muestra una desfiguración producida a causa de un agotador maratón terapéutico realizado por una mujer. Después de pasar una semana realizando una terapia de grupo con su hijo drogadicto, esta mujer volvió a casa con un torbellino del chakra del plexo solar abierto en cuña. Estaba pálido, casi sin movimiento giratorio y carecía de pantalla protectora. Desde el momento en que conocí el problema, una semana después de la experiencia, logré reparar el aura antes de que se produjera algún daño adicional más difícil de solucionar. De no haberlo hecho así, es probable que la mujer hubiera llegado a padecer trastornos en el hígado, el órgano relacionado con el torbellino debilitado, o tal vez se lo hubiera curado por sí misma de algún modo.


Figura 15-5: Chakras que han sido desfigurados
 
 
   
     
 
Se pueden producir otras configuraciones. Muchas de ellas, como se puede ver, son simples desalineaciones estructurales. He visto chakras literalmente arrancados al exterior, muy expandidos o con su tamaño muy reducido. Todos desembocarán en enfermedad en uno u otro momento, y todos guardan relación con una conciencia energética o expresión del sistema de creencias y de la experiencia del individuo, como se ha dicho antes. En otras palabras: la enfermedad en cualquier capa del campo hallará su expresión en ese nivel de conciencia, y cada expresión constituye alguna forma de dolor, sea físico, emocional, mental o espiritual. El dolor es el' mecanismo incorporado que nos alerta para que corrijamos una situación. Llama nuestra atención sobre el hecho de que algo anda mal y nos obliga a tomar medidas al respecto. Si no nos hemos escuchado antes, si seguimos sin dar importancia a lo que sabemos que deseamos o necesitamos hacer, llegará un momento en que el dolor nos ayudará a realizarlo. El dolor nos enseña a pedir ayuda y, partiendo de tal premisa, ha de considerarse que, la curación es una clave para la educación del alma.

Ejercicios para que el lector explore su pared interna
 
Para explorar sus paredes, el lector puede recurrir al siguiente ejercicio. Traiga a su memoria alguna
situación particularmente desagradable, sea alguna con la que esté debatiéndose en la actualidad o alguna del pasado que quedó sin resolver. Empiece por experimentar cómo le parecía esa situación, retrátela en su mente, escuche las palabras o los sonidos relacionados con dicha experiencia. Busque dentro de ésta el miedo que contiene. El miedo es la sensación de estar separado. A medida que sea capaz de retrotraerse a ese estado atemorizado, empiece a percibir también un muro de miedo. Tóquelo, gústelo, véalo, huélalo. Detecte su textura y su color. ¿Es claro u oscuro, afilado o duro?

¿De qué está hecho? Conviértase en el muro. ¿Qué piensa, dice, ve y siente? ¿Qué piensa esta parte de su conciencia acerca de la realidad? Heyoan ha dado la siguiente explicación sobre la pared: «Volvamos a la idea de la pared que tú mismo has creado para mantener lo que considerabas, en el mornento de crearla, un equilibrio interior, pero que realmente mantiene un desequilibrio externo, como un dique o una presa en los que un nivel de agua está más alto que el otro. Por tanto, puedes verte a ti mismo detrás de este muro y dentro de una gran inundación, una gran presión de poder de algún tipo en el exterior. Tu muro aporta entonces lo que piensas que le falta en el nivel interno. Dicho de otro modo, hay un gran poder que avanza hacia ti y piensas que tu poder es menor que el suyo.
Entonces construyes un muro para protegerte, como si te encontraras en un castillo medieval que está sufriendo un ataque. Tú, que estás dentro del muro, debes explorar en primer lugar la esencia de éste, porque es creación tuya. Ha sido creado de tu propia esencia y está lleno de afirmaciones; afirmaciones de lo que debes hacer para mantenerte seguro. Lo maravilloso de todo esto es que esa pared ha sido creadacon tu esencia y contiene poder en su interior que puedes transformar y redistribuir para que sirva de base de sustentación para el poder del yo interno. O bien puedes considerar que es la escalera que conduce al interior del yo interno, donde ya existe ese poder. Es otra
forma de decirlo, dependiendo de qué metáfora te vaya mejor. Por tanto, permaneces sentado detrás de tu muro de seguridad y, al mismo tiempo, te sientas encima, porque tú eres ese muro. Es, por tanto, el puente de la conciencia entre lo que dices tú en cuanto muro y lo que dices en cuanto persona interior que está siendo protegida». 
 
Ejercicios para que el lector derribe su muro interno
 
Mantenga una charla entre usted como muro y usted como persona interna. Cuando lo haya hecho plenamente, le sugerimos que tenga la misma conversación entre usted y lo que hay detrás del muro, e incluso entre el muro y lo que haya detrás, y que prosiga con estas conversaciones hasta que se conviertan en un fluido que atraviese dicho muro. «Ahora puedes ver este muro simbólicamente en la escena psicodinámica. También puedes verlo como representafiva de ese muro que se alza entre quién eres y quién crees ser, porque tú eres asimismo el poder del otro lado del muro, cualquiera que sea su forma. Tienes poder dentro de él, no poder sobre él. El muro representa la creencia en el poder que se ejerce sobre algo, el poder de la separación; he aquí una de las principales enfermedades del plano terrestre en esta época, la enfermedad del poder sobre algo. Así, si puedes encontrar esta metáfora dentro y fuera de ti, no sólo
en el nivel psicodinámico, sino también en los niveles espiritual y del mundo, puedes usarla como
herramienta para la autoexploración y la propia curación. Puedes utilizarla como elemento que te ayude a recordar quién eres.»
Echemos un vistazo al muro desde el punto de vista aural. Corno se ha dicho más arriba, se puedeconsiderar que el muro es una especie de bloque de energía en el aura. En el proceso de penetrar en el muro, experimentarlo y estimularlo, el lector también está iluminando el bloque. El bloque que se observa en el campo aural empieza a moverse y se para, interrumpiendo el flujo natural de energía.
Estos bloques existen en todos los niveles del aura. Se afectan mutuamente de una capa a otra.
Observemos a continuación cómo un bloque de una capa del aura (que, naturalmente, se expresaría en la realidad de dicha capa, es decir, como pensamiento, creencia o sentimiento) puede llegar a causar enfermedad en el cuerpo físico.
 

Naturaleza de la enfermedad, sanación y distorsiones energéticas

Todo componente de la realidad, sea individual o común, y especialmente todo tipo de enfermedad o problema físico tiene siempre un detonante mental, emocional, energético y, en muchos casos, profundamente espiritual y de extremo crecimiento personal. Uno puede autogenerarse una enfermedad debido a una distorsión en su sistema energético, producida por una lección de vida o una decisión inconsciente a nivel psicológico, de la misma forma que la masa de la humanidad puede generar una realidad común, enferma, debido a la distorsión de nuestra psique global.
Naturaleza de los grandes eventos
Todos los grandes eventos que se manifiestan en el planeta son debidos a la creación energética de la suma de millones de realidades comunes, que suman el potencial existente en cada una de ellas, para dar lugar a pandemias, revoluciones, puesta en pie o caída de regímenes, cambios de era, catástrofes, guerras o desastres. No pensemos que, porque la semilla de esos eventos pueda haber sido instaurada artificialmente (como de hecho sucede en muchos casos cuando hablamos de enfermedades que salen de laboratorios, de guerras fabricadas en salas de reuniones o de crisis manufacturadas en oficinas bursátiles), no somos nosotros los que terminamos aceptando, implantando, emitiendo y manifestando el efecto deseado de esa semilla, haciéndola germinar y terminando por darle poder, gracias a que somos el catalizador del proceso energético a través del cual se crea el mundo en el que vivimos.
Incluso los grandes desastres naturales que estamos viviendo estos últimos años no son nada más que el proceso del planeta mismo por restaurar la gran carga energética negativa causada por la humanidad, y la restauración de su armonía y balance interno, en su propio proceso de crecimiento.
Nuestro planeta no es un sistema cerrado, en el sentido de que los eventos están contenidos allá donde fueron creados, sino que la energía de los mismos viaja por todo el inconsciente colectivo, la psique de la humanidad, y nos afecta a todos en mayor o menor medida, dependiendo de como resonemos con esa energía. En el caso de grandes epidemias, los eventos sirven a una causa individual, pues esa persona ha podido elegir fallecer o pasar por la enfermedad para su propio proceso evolutivo, aprovechando la oportunidad presentada para ello gracias a la manifestación (a la que contribuye) de esa enfermedad en la realidad común, pero también tienen un significado más profundo a nivel de masas, dando a veces lugar a grandes cambios en partes de la humanidad por haber sido usada como catalizador para obtener otros propósitos. Grandes enfermedades, plagas, desastres y otro tipo de eventos de este tipo han sido el detonante de grandes avances, reconversiones y cambios colectivos. La especie humana mantiene su propia autoconciencia e instinto de desarrollo como lo mantenemos todos los que pertenecemos a ella, usando a gran escala las herramientas de crecimiento y sanación que usamos todos a nivel individual.
La enfermedad no es una cuestión de virus
Cuando pensamos que una enfermedad es solo una cuestión de un virus, parece que reducimos el problema a un tema puramente físico. Nos vacunamos o nos medicamos y a corto plazo esa enfermedad se cura o pasa de largo de nuestra casa. Gracias a nuestros avances médicos, muchas enfermedades han sido conquistadas y prácticamente erradicadas. Eso no significa sin embargo que las personas que han decidido pasar por una enfermedad como medio de crecimiento personal o espiritual no cojan simplemente otra que este todavía latente, y para la que, si es necesario, no haya cura en ese momento.
Nadie se pone enfermo, de ninguna forma, si esa enfermedad no tiene lugar o no está detonada por un proceso interno psicológico, energético o espiritual. En tiempos de grandes epidemias, miles de individuos permanecen inmunes, y otros miles enferman. A nivel individual, si solo hay un virus en el planeta de una enfermedad rarísima y una cierta alma necesita pasar por ese proceso, esa persona será la única entre millones con ese tipo de problema. Muchos otros millones de personas que también se vacunaron contra tal o cual epidemia probablemente nunca tenían que pasar por ella, pero aun así inoculan en su sistema físico y biológico trocitos del virus, por si acaso, sin comprender que es el proceso energético, mental y espiritual lo que determina que cojamos o no ese virus, esa enfermedad u otra, pues depende de nuestras lecciones y aprendizajes, para nosotros y para con otros, que queramos manifestar (en niveles que posiblemente no entendemos de forma consciente) un cierto estado de salud físico.
La muerte y la salida del juego
El proceso de la muerte por enfermedad es también un proceso fijo. Nadie se va de este plano si a nivel de alma no quiere irse, y nadie se puede quedar ni un segundo más de lo estipulado cuando desea marcharse. Incluso un suicidio es un permiso para salir antes de tiempo, una decisión del alma, (en regresiones a vidas pasadas he vivido mi salida de una encarnación a través del suicidio, y he vivido el proceso de decisión interna a nivel de alma para llegar a él, lo cual fue muy revelador), que decide poner fin a una partida que todavía, a priori, no se ha terminado. Pero es una decisión del alma, ya que si es la personalidad la que desea irse pero no así quien de verdad gobierna el cuerpo, aparecerán todo tipo de obstáculos que realmente impiden esa salida anticipada del juego. Fallecemos cuando hemos de fallecer y de la forma que escogemos fallecer, y nada puede alterar esa elección de la propia persona a nivel espiritual, así como enfermamos cuando aparece la necesidad física para ello, porque forma parte de un proceso, un aprendizaje, o la manifestación de una distorsión aparecida a nivel energético a la cual no le estamos prestando la suficiente atención mental, y, por ende, debe hacerse visible a nivel físico.
La naturaleza de la sanación
En la cara opuesta de la moneda, la sanación es el proceso contrario. Todo el mundo sana cuando a nivel profundamente interno desea sanar, cuando se ha completado el aprendizaje asociado a la enfermedad, y cuando se restaura de nuevo el equilibrio energético que causó el problema. No podemos sanar a nadie que no lo desee, eso lo sabemos bien cuando hacemos sanación Akashica, por muchos bloqueos energéticos que detectemos, como la persona a nivel interno no desee esa restructuración de la distorsión energética que causó el bloqueo, es como si le enviaras una brisa de verano a acariciarle el aura. No le hace nada. Cuando una enfermedad se ha manifestado ya a nivel físico, hay que tratar el cuerpo físico, pero hay que tratar con mucha más insistencia el problema energético que lo detonó. Mientras la entidad tenga un proceso de aprendizaje en marcha, una lección incompleta o una distorsión energética sin armonizar, el trabajo con el cuerpo físico para restaurar la salud es idéntico a poner capas de pintura en la pared sin solucionar el problema que causa la humedad en la misma.
A este respecto, volví a leer ayer este párrafo en una de las canalizaciones de Q'uo de LL Research que viene a cuento:
"…el área de sanación es ese área que abarca toda la encarnación, ya que la sanación de cualquier distorsión es el equilibrio de esa distorsión… lo que ha sido desgarrado se reúne, y lo que ha causado daño es una parte de la experiencia que ha enseñado una lección que ha sido planeada por la propia entidad, ya sea antes de la encarnación o como una parte de la encarnación.
…Muchas veces, la conexión entre la entidad y su experiencia, o para ser más precisos entre la entidad y el catalizador de esa experiencia, es lo que a menudo se denomina enfermedad o falta de armonía, ya que la entidad, o alguna porción de la entidad, es lanzada fuera de su equilibrio normal y forzada por dicho desequilibrio a prestar atención a la situación en la que ahora se encuentra. Cuando esta experiencia y esta lección son consumadas mental y emocionalmente, entonces existe un restablecimiento del equilibrio, de la armonía, de la persona. Cuando la percepción está lo suficientemente distorsionada -o tal vez deberíamos decir lo suficientemente ignorada- entonces puede ser que el catalizador sea dado por la mente al cuerpo, y las dolencias físicas de una u otra forma garantizan a futuro la captura de la atención del buscador. Este tipo de incomodidad enfoca entonces la atención del buscador sobre ese catalizador que no ha sido bien utilizado. A medida que se utiliza el catalizador y el aprendizaje se completa, entonces se logra también lo que se denomina sanación."
Dos caras del mismo proceso
Tanto la enfermedad como la sanación son procesos idénticos de diferente polaridad. Uno es el resultado de una distorsión energética, el otro es el resultado de una armonización energética. Ambos son el resultado de algo mucho más profundo, un aprendizaje todavía por integrar o un aprendizaje completado. Ambos dependen de la persona que sufre la enfermedad o que sale de ella, y de nadie más. El entorno exterior no es el causante de ninguno de estos dos procesos, sino que sirve solo como apoyo, herramienta, excusa o método para caer enfermo, o para recuperar la salud. Y todas las enfermedades, problemas y trastornos están siempre disponibles primero como experiencia tanto a nivel emocional como mental, de forma que si nos escuchamos, y nos mantenemos sanos a esos niveles, el cuerpo físico no tiene porque sufrir nunca ningún tipo de distorsión

 



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