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Casi todas las técnicas de meditación proceden de India y, en este caso, la meditación Vipassana no es una excepción. Es una de las técnicas más utilizadas por el Budismo Therevada y tiene como principal objetivo "ver las cosas tal y como son" (traducción exacta del término Vipassana). Esta técnica fue descubierta por Shiddarta Gautama hace más de 2.500 años y se dice que es un remedio universal para males universales, pues su principal objetivo es la eliminación del sufrimiento humano.
Al igual que otras técnicas de meditación, la filosofía, el pensamiento y la práctica que rodean la meditación vipassana son complejas pero, antes de entrar en todo ello, conviene detenernos un momento a reflexionar y comprender su fundamento: ¿Qué quiere exactamente eso de ver las cosas tal y como son?
Una de las premisas principales del budismo es que nada proviene de la nada. Todo lo que ocurre tiene una causa y un efecto. Cuando Buda alcanzó la iluminación se dio cuenta de que la causa del sufrimiento era el apego. Cuando vivimos desde el ego, desde nuestra perspectiva personal, la mente tiende a calificarlo todo como bueno o malo, agradable o desagradable, deseable o rechazable.
La meditación vipassana es una técnica de auto-transformación que utiliza la auto-observación para comprender la naturaleza cambiante de las cosas. Por ejemplo, cuando llevamos la mente a un grado máximo de concentración, podemos percibir cómo metemos y sacamos aire, cómo interactúa nuestra mente con nuestro cuerpo, cómo podemos producirnos sufrimiento y del mismo modo, cómo podemos liberarnos de él.
La finalidad de la meditación vipassana consiste en comprender que nada permanece, que todo cambia y que la interpretación de las cosas es la raíz del sufrimiento. Es decir, cuando somos capaces de observar la realidad tal cual es, sin juicios, sin interpretación (simplemente lo que es), nos liberamos del apego, de los deseos y aversiones y, por lo tanto, del sufrimiento, y somos mucho más capaces de fluir con los acontecimientos naturales de la vida con mayor libertad, gozo y felicidad verdadera.
Goenka, el maestro
Desde el Buda son muchos los maestros que han ido transmitiendo estas enseñanzas con el paso de los siglos. En la actualidad es imprescindible hablar de S.N. Goenka que, desde 1969 ha enseñado a miles y miles de personas en todo el mundo, de todas razas y religiones. Con ascendencia India nació en Birmania y aprendió del maestro Sayagyi U Ba Khin. Murió en 2013, habiendo formado a lo largo de su vida a otros maestros y maestras que ahora transmiten su legado.
La técnica de meditación vipassana propuesta por Goenka consiste en retiros de 10 días. Los alumnos y alumnas deben comprometerse con un trabajo serio y arduo que consiste en tres pasos bien definidos que detallamos a continuación.
CÓDIGO ÉTICO Y CONDUCTA
Todas las personas que realizan los cursos de vipassana se comprometen, durante los días de retiro, a:
-Abstenerse de matar a ningún ser vivo, robar, tener actividad sexual y mentir
-Abstenerse de tomar o introducir cualquier tipo de droga o intoxicante
-Abstenerse de comer después de las doce
-Suspender todo tipo de entretenimientos sensoriales
-No llevar adornos
-Aceptar y acatar del todo las instrucciones del profesor y respetar las reglas de disciplina sin omitir ni añadir otras.
-Practicar el Noble silencio en cuerpo, palabra y mente. Los alumnos y alumnas no pueden hablar ni comunicarse entre sí durante la totalidad del retiro (solamente pueden comunicarse con el profesor).
-Suspender todo tipo de oración, culto o ceremonia religiosa de cualquier índole, así como otras prácticas de meditación o espirituales, incluyendo el yoga.
-Evitar por completo la comunicación con el exterior, así como el contacto físico con las personas en el retiro
-Todos estos preceptos tienen como finalidad evitar la distracción y favorecer la concentración.
EL DOMINIO DE LA MENTE
Una vez adquiridos estos compromisos se procede al paso 2 que consiste en la serenidad y dominio de la mente.
Esta etapa dura 3 días (los tres primeros) y consiste en mantener enfocada la atención en el flujo de la respiración, especialmente en el área de las fosas nasales.
Así como en otras prácticas de meditación se proponen objetos visuales, sonoros, mantras, visualizaciones, etc, en vipassana el objeto de atención se limita única y exclusivamente a la respiración.
Es más, se propone no atender a múltiples aspectos de la respiración sino enfocar la atención a un lugar muy reducido como son las fosas nasales o el pequeño espacio que queda entre ellas y los labios. Cuando más reducimos el espacio de atención, más capaz es la mente de afinarse, de agudizarse y muchos más detalles sutiles somos capaces de percibir.
El ejercicio consiste en tratar de percibir al máximo los detalles más sutiles de todo lo que ocurre en esa zona durante la respiración, es decir, adiestrar a nuestra mente en la percepción sutil de las cosas. Una vez que la mente está preparada para percibir más, se pasa a la tercera fase.
AUTO-OBSERVACIÓN
A partir del cuarto día, la mente está ya preparada para practicar la propia técnica Vipassana que es observar y atender (con la mente ya muy aguda) a las sensaciones en todo el cuerpo, comprobando su naturaleza cambiante, desarrollando la ecuanimidad y el desapego y aprendiendo a no reaccionar ante la aparición o desaparición de los fenómenos. De esta forma, empezamos a ser conscientes de cómo nuestro cuerpo cambia, nuestra mente cambia, de cómo nos fabricamos la ira o como la eliminamos, de cómo favorecemos la aparición de ciertas emociones y cómo se van…
AMOR BENEVOLENTE
El último día se desarrolla la meditación del amor y buena voluntad hacia todo y hacia todos para el propio beneficio y por el bien de todo lo demás.
LA ACTITUD
Toda persona que decida realizar un curso de meditación vipassana debe tener claro que se trata de una práctica rigurosa, seria y dura que requiere un gran esfuerzo. Se recomienda solicitar este tipo de cursos solo cuando se tiene una honesta y completa seguridad de seguir escrupulosamente la disciplina pues está totalmente desaconsejado abandonar el curso antes de que termina (por el bien propio y por el de los demás).
Obviamente, el hecho de realizar un curso de 10 días no significa que vayamos a alcanzar la iluminación y a dejar de sufrir ya para el resto de nuestros días. El curso y el aprendizaje deben ser el principio de una práctica continuada.
Recordemos que la técnica vipassana es un método para erradicar el sufrimiento que nos ayuda a afrontar las dificultades cotidianas de la vida de forma equilibrada, por lo tanto, la consecución de los objetivos llegará con esfuerzo con tiempo, como todo en la vida.
Practicar Vipassana en casa
Al igual que ocurre con otras disciplinas, es recomendable en cualquier caso aprenderlas bajo la tutela de un maestro o maestra que nos oriente y nos corrobore que, efectivamente, estamos desarrollando la práctica correctamente.
Dicho lo cual, si nos resulta difícil asistir a un curso o disponer de orientación, podemos practicar en casa. Ahí van algunas sugerencias:
POSTURA DE MEDITACIÓN
Se recomienda realizar la postura tradicional de meditación (loto, zazen, medio loto, etc). Sin embargo, si te resulta complicada, puedes adoptar cualquier postura que te resulte cómoda siempre y cuando la columna vertebral permanezca estirada, el mentón levemente retraído, los músculos relajados y libertad de respiración.
También es recomendable dejar los ojos cerrados (si empieza a entrar el sueño, abrirlos levemente sin fijar la mirada en ningún punto en concreto) y mantener las manos apoyadas sobre las piernas de forma que solo mantengamos en leve tensión aquellos músculos del cuerpo necesarios para mantener la postura erguida y el resto completamente relajados, incluyendo los brazos y las manos.
ACTITUD DE LA MENTE
La mente debe estar alerta y atenta a todo lo que ocurre en el momento presente. Procuraremos no juzgar nada, simplemente percibir sin alterar.
Utilizaremos como objeto de la meditación la respiración.Sin embargo, no debemos obsesionarnos con mantener la atención solo a la respiración, ni mucho menos enfadarnos con nosotros mismos. Si se cruza un pensamiento, si escuchamos un sonido, si la mente se va a un objeto o un color, si percibimos un sentimiento o una emoción, dejaremos que ocurra y convertiremos esas distracciones de la mente en objetos de meditación. Es decir, lo importante es darnos cuenta, vivirlos, experimentar la plena consciencia del terreno donde se encuentra la mente.
El principal objetivo es practicar y fomentar la atención de la mente. Si percibimos que hemos perdido la atención y la mente se ha puesto a divagar ella sola sin que prestemos atención, entonces, regresaremos con paciencia y amabilidad a centrar nuestra atención en su conducta, empezando por la respiración.
Según avancemos en esta práctica, cada vez seremos más capaces de percibirnos y de percibirlo todo con extrema precisión, cada detalle sutil, experimentando el presente como si fuera eterno, sin juzgar, simplemente centrando la atención y observando las cosas tal y como son.
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