| La oración de Moisés El relato bíblico sobre la vida y llamamiento de Moisés, tiene bastantes pistas rápidas sobre la realidad en la relación de cualquier persona con Dios. Quizás en nuestra mente veamos ese insigne varón como un ejemplo a seguir; la misma biblia lo llama "El hombre más humilde del mundo" (Números 12:3) y también es el único que ha podido ver (al menos) la espalda de Dios. Pero recordemos que al igual que nosotros, Moisés fue un hombre con temores, con defectos, con errores, con dudas y con muchas otras sensaciones que lo hacen igual a cualquiera. En el libro de Éxodo en los capítulos 5 y 6 podemos leer el momento en el que Moisés le pide a Faraón que dejara ir al pueblo de Dios. Al escucharlo Faraón se negó rotundamente y aumentó la opresión a un extremo insostenible, al mismo tiempo que el pueblo Hebreo culpaba a Moisés haciéndolo responsable de todo aquel suplicio. Cuando uno no ve resultados y tiene que enfrentar tanta oposición, no puede dejar de tomar ciertas posiciones: Enojarse definitivamente con todos y tomar otra actividad más tranquila, enojarse con Dios y pedirle que se busque a otro, sentirse profundamente frustrado y creer que uno al final entendió mal lo que Dios le había dicho que haga, y por último, (la menos probable) volver con humildad a Dios pidiéndole discernimiento sobre el difícil problema que está atravesando. De esas 4 alternativas, cualquiera diría que la última es la actitud más cabal y correcta, pero la realidad es diferente. Normalmente las primeras tres son las reacciones más habituales de cualquier persona y Moisés, no fue excepción. Éxodo 5:22-23 dice: "Entonces Moisés dijo al Señor en oración: Señor, ¿por qué tratas mal a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Desde que vine a hablar con el faraón en tu nombre, él ha maltratado aún más a tu pueblo, y tú no has hecho nada para salvarlo." Versión Dios Habla Hoy (DHH) Esa es la oración de un hombre desanimado, frustrado y con ganas de tirar la toalla. Éxodo 6:12 agrega: "Pero Moisés le contestó al Señor: Ni siquiera los israelitas me hacen caso; ¿y cómo me va a hacer caso el faraón, si yo soy tan torpe para hablar?" Versión Dios Habla Hoy (DHH) Una de las promesas bíblicas que más me gusta esta en Jeremías 29:13, en la que dice que Dios escucha cuando alguien clama a Él con todo su corazón. Esa promesa fue cumplida en la oración de Moisés. Dios Padre, con amor y paciencia, le explicó a su siervo todo lo que estaba ocurriendo (Éxodo 6:1-14). Las circunstancias siempre nos causarán frustración, dolor, pesar, tristeza, coraje, etc. Todos esos sentimientos están muy ligados a una vida egocéntrica porque sólo nos permiten ver cómo todo afecta nuestra propia pasividad y/o confort. Quizás lo más complicado en la vida es mantenernos centrados en Dios despejando por completo toda sensación de egoísmo, pero como dijimos antes, es muy difícil ver las circunstancias con otra perspectiva cuando el directamente afectado es uno mismo. Dios sabe que es difícil para ti, sabe que las fuerzas te faltan y que cuesta ver todo con otros ojos. Pero aun así Él nos ama. Deja atrás todos esos malos sentimientos que son como tapones en los oídos que no te dejan escuchar la voz de Dios, derrama en una humilde oración tu vida delante de Él exponiendo tu caso y espera una respuesta. Dios va responder con amor a tu clamor, así como lo hizo con Moisés. "No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa." Isaías 41:10 Versión Dios Habla Hoy (DHH) | | |
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