| | Así como un pez sólo puede vivir inmerso en agua, sintiendo ese elemento a su alrededor, así también el hombre es un ser que sólo puede vivir inmerso en ananda (bienaventuranza); debemos tener ananda no solamente en casa, en la sociedad o el mundo, sino sobre todo en el corazón. De hecho, el ananda del corazón produce ananda en derredor; el corazón es la fuente de alegría. Esa fuente debe ser tocada mediante la constante meditación, recitación e intermitente permanencia en la gloria, la gracia y las inagotables manifestaciones del Señor; es decir smarana, chethana y manana. Aférrate a la meta; el devoto nunca debe volverse atrás. Nunca des cabida a la duda ni a la desesperación. |
- Divine Discourse, Nov 23, 1961. |
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