Ten al progreso de tu país, a tu deber (Dharma) y a tu divinidad innata (Atma) ante los ojos de la mente, en todo momento. Que crezca cada vez más tu hambre de servirles a estos tres. Entonces tu educación habrá servido a su propósito, dándote un sentido de misión y satisfacción. De manera natural adquirirás respeto por los mayores, fe en ti mismo, temor al pecado y temor a ir en contra de la voz de Dios, presente dentro de ti. Nunca traspases esta línea. No hagas nada que lleve lágrimas a los ojos de tus padres. Hónrales y obedéceles. No les condenes como anticuados. Recuerda el adagio "Lo viejo es oro". Tus padres pueden guiarte; pueden compartir contigo su experiencia y los trucos del mundo, y te beneficiarás de ello.
- Divine Discourse, Nov 25, 1959. |
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