El Hombre como instrumento de Dios
Por Eruch Fanibunda
Por Eruch Fanibunda
Después de largas búsquedas aquí y allá, en templos e iglesias, en las tierras y en los cielos, finalmente han regresado completando el círculo, desde donde salieron, hasta llegar a su propia alma y encuentran que aquel a quien han estado buscando por todo el mundo, por quien han estado llorando y orando en iglesias y templos, a quien miraban como el misterio de todos los misterios velado por las nubes, en lo más íntimo de lo más íntimo es su propio ser, la realidad de su vida, de su cuerpo y de su alma; que es su propia naturaleza. Afírmenla; manifiéstenla. La verdad y sólo la verdad es el verdadero amigo, el pariente. Aténganse a la verdad, anden por el camino de la rectitud y jamás será lesionado ni un solo cabello de su cuerpo.
La meditación no es otra cosa que la acción de elevarse por encima de los deseos. La renunciación da el poder para luchar contra las fuerzas del mal y controlar la mente.
Con amor y beniciones
Sri Sathya Sai Baba
UN MENSAJE DIVINO
Habían pasado dos días después de Vijayadasami en 1974. El autor y su esposa se estaban despidiendo de Baba antes de irse de Prashanti Nilayam. Sri Sathya Sai Baba
UN MENSAJE DIVINO
El autor: Swamiji, ¿qué título debo ponerle al libro que estoy escribiendo? Swami te va a dar un mensaje divino para el libro.
Diez meses después, en la época de Janmashtami, en agosto de 1975, el autor pidió a Baba el mensaje divino. Baba dijo que El lo escribiría y Kasturi lo traduciría y lo entregaría al autor. El autor protestó y dijo que él quería el original en inglés, del puño y letra de Swami. Ante tal petición Baba empezó a dar excusas, argumentando que Su letra era tan ilegible que la gente no sería capaz de leer el mensaje, sin considerar, por otra parte, Su poco dominio del idioma inglés. Pero el autor no se iba a dejar convencer con tales excusas, pues él estaba enterado del dominio que Baba tenía de ese idioma, como podría tenerlo cualquier erudito inglés. Así que el autor protestó de nuevo, y refutó lo que Swami decía, asegurando que no era del todo cierto lo que replicaba, ya que él sabía lo contrario. Finalmente, después de buscar alguna manera de persuadirlo, Baba se ablandó y convino en darle el mensaje en inglés.
Normalmente, Baba habla al público en telugu y Sus discursos son traducidos simultáneamente al inglés por el doctor Bhagavantham o por Sri Kasturi. Por eso surge a veces alguna duda en las mentes de la mayoría de la gente acerca de si Baba puede hablar cualquier otra lengua además del telugu. Bien, para comprobarlo esperen a que el traductor se equivoque y Baba no sólo lo corregirá, sino que también le sugerirá la palabra inglesa más apropiada, o sea, la que el traductor debió haber usado en su oportunidad. Una vez, durante Su visita al Africa Oriental, Baba dio largas entrevistas a personas que no hablaban otro idioma que el swahili. La educación formal de Baba no pasó de la que se imparte en una escuela secundaria de pueblo. Nada de que enorgullecerse. Después que dejara Sus libros escolares, a la edad de 14 años, nunca ha sido visto leyendo o estudiando en libro alguno; en verdad, Sus devotos apenas le dejan tiempo suficiente para tomar Su alimento. En estas circunstancias, los idiomas que El habla hoy en día, los eruditos discursos que ofrece al público y este mensaje divino que escribió en cuestión de minutos, no son sino una pequeña manifestación de Su omnisciencia. Muchas veces Baba finge no comprender lo que uno le dice, y se dirige a alguna otra persona para preguntarle lo que se ha dicho, como si el lenguaje usado estuviera fuera de Su comprensión. Como explicamos antes, todo esto es parte del juego en el que Sus atributos divinos están escondidos y El actúa como un ser humano ordinario para que los demás podamos sentir algún parentesco con El. A veces sólo por hablar con el devoto, sostiene conversaciones superficiales: "¿Cuándo llegaste? ¡Ayer! ¿Cómo es que Swami no te había visto?".
Una vez el autor le llevó a Baba un retrato Suyo grande y le pidió que lo bendijera, pero mientras Baba lo sostenía y habiendo pensado mejor, añadió: "Swamiji, por favor, cárguelo de poder, ya que va a estar colgado en el consultorio, que es también el salón de oración". El inclinó la cabeza en señal de aprobación, y dijo: "Sí", y literalmente lo cargó frotando vigorosamente Su mano con un movimiento circular sobre toda la superficie de la fotografía. Algunos meses después, cuando el autor viajaba con Baba en un coche, empezó a preguntarle la dirección y el lugar exacto de su consultorio en Bombay. Después de haberle indicado el lugar preciso, el autor se aventuró a decir que el retrato que El había cargado estaba debidamente instalado en el consultorio. Pronto vino la respuesta: "Sí, Swami está enterado de todo esto". Poniéndolo repetidamente en tales situaciones durante los últimos años, Baba ha enseñado al autor una lección muy importante. Y es que aun cuando Baba decide actuar como una persona ordinaria, uno no debe nunca olvidar, ni por un solo momento, que El es la divinidad. El lector no debe engañarse pensando que Baba puede hablar solamente este o aquel idioma, observándolo desde un punto de vista limitado. Baba puede hablar cualquier idioma que El desee. Baba pidió una vez a uno de los estudiantes del colegio su libreta de notas y su pluma y ordenó al autor que se sentara mientras El escribía el mensaje. Baba empezó a escribir y lo hizo sin detenerse, sin hacer tampoco una sola pausa hasta que puso Su firma. Uno de los estudiantes fue comisionado para leerlo en voz alta para beneficio de todos los presentes en aquel momento. Una fotocopia se reproduce aquí para que el lector pueda conocer la letra manuscrita de Baba. Dicho mensaje es la deliciosa continuación de lo que Baba ha ido enseñando al autor. En unas sencillas frases le ha revelado el secreto de la salvación humana, la quintaesencia de las sentencias védicas y de la verdad más alta que está contenida en todas las religiones.
Un día, mientras un artista estaba diseñando la portada de este libro en una imprenta de Bombay, Baba envió al autor un telegrama por medio de Sri Kasturi. "Cambia el título del libro por Vision of the Divine (Visión de lo Divino)", decía. El autor se sintió muy feliz de que Baba mismo hubiera escogido el título de este libro y se lo hubiera comunicado en el momento oportuno como una bendición. El título es muy apropiado, ya que ha sido una continua Visión de lo Divino para el autor la presencia de Baba desde que lo conoció. En verdad, es raro el momento en que el autor no esté consciente de Baba.
Los lectores que están familiarizados con las enseñanzas de Swami Vivekananda podrán hacer la observación de que una parte del mensaje divino enviado por Baba ha sido extraída de los escritos de Swami Vivekananda y no escrita originalmente por Baba. Es justificable que aquellos que no han tenido ninguna experiencia sobre la omnisciencia y omnipresencia de Baba digan esto y es también comprensible. Sin embargo, el autor, al estar consciente de Su Todopenetrante omnisciencia y de Sus atributos antes mencionados, sabe que aquel que impulsó a Vivekananda a escribir esas palabras de divina sabiduría no es otro que la Estrella del Cielo misma en la forma de Sri Sathya Sai. El mensaje divino es la prueba misma. Son Sus palabras, escritas por Vivekananda, que es el instrumento. El autor sabe esto por su propia experiencia. A todos pudiera parecer que el autor ha escrito este libro de su inspiración y ha puesto su nombre y títulos en la portada. Pero antes se debe uno preguntar, ¿cuál es la verdad que hay detrás de esta apariencia externa? ¿Es el autor un instrumento en las manos de Baba o es alguien totalmente desconectado de El, tanto interna como externamente? ¿Quién es el que impulsa al autor a escribir? ¿Quién es el que da al autor las palabras necesarias de sabiduría, las ideas divinas y las oportunidades? ¿Quién es el que está motivando, guiando y ayudando al autor en un sinnúmero de maneras diferentes? ¿Quién es el que de vez en cuando controla, reprueba, corrige y anima al autor, a veces a través de un agente externo? Sí, amado lector, es El. Así que detrás de este autor aparente está, en verdad, Baba, el verdadero autor.
Baba ha dicho a menudo: "El error que comete el género humano radica en la creencia de que las cosas suceden como resultado del esfuerzo y de la planificación humanos, de la inteligencia humana y de sus cuidados; pero nadie puede tener éxito en ninguna empresa sin la gracia divina. Es el plan de Dios el que se está realizando a través del hombre; sin embargo, el hombre se enorgullece como si fuera él solo quien está trabajando en dicho plan. El hombre realizará su misión en la Tierra cuando él se reconozca a sí mismo como la divinidad y reverencie a los demás como la divinidad. El hombre debe adorar a Dios en el hombre mismo. Dios se puede aparecer ante él como un decrépito anciano, un criminal o un enajenado. Deben ver aun detrás de esos velos materiales al Sai divino y adorarlo a través del servicio. Todos los nombres son Suyos y todas las formas son Suyas, incluidas las de ustedes. Aparecen como cuerpos individuales separados porque el ojo que los ve busca sólo los cuerpos físicos. Cuando ustedes clarifiquen su visión y los miren a través del ojo átmico (o sea el ojo que penetra detrás de lo físico con sus atributos y pertenencias) entonces verán a los demás como olas en el océano de lo absoluto, como los miles de cabezas, los miles de ojos y los miles de pies del Purusha cantados en el Rig Veda. La visión de Virata o forma cósmica es otorgada a aquellos que entregan su ego y se refugian en el Señor. Dios es omnipresente. El es el motivador interno de cada partícula que existe en el universo. Quienes declaren que El es receptivo sólo a su propio estilo de adoración y que El va a responder solamente al nombre que han aprendido a invocar, ponen en duda Su omnisciencia y Su gloria. Véanlo, sírvanlo y reveréncienlo en todos. Oren así: "Haz que el mundo entero prospere y haz que toda la humanidad sea feliz". Este es Mi mensaje especial".
Tomado del libro: Visión de lo Divino
Publicado en la revista Sai Baba Magazine Nº 4
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