DESAPEGO – EL SECRETO DE LA INTREPIDEZ por Sadguru Sri Madhusudan Saiusudan Sai
DESAPEGO – EL SECRETO DE LA INTREPIDEZ
por Sadguru Sri Madhusudan Sai
¿Cuántas personas se despiertan del sueño cuando ese sueño fluye de manera agradable? ¿Vieron alguna vez a alguien que se despierta de un sueño que es muy placentero? En el momento en el que algo sale mal en el sueño, inmediatamente nos despertamos por el shock de aquello malo que está pasando. ¿Y qué sucede entonces?, al despertarnos decimos: —¡Ahhhh… era solo un sueño! ¡Qué alivio! Si hubiera sido real ¿Qué me hubiera pasado? ¿Qué habria sido de mí? ¿Qué le hubiera pasado a todo el mundo?
Entonces un shock es necesario, de otro modo seguiríamos dormitando a lo largo de toda nuestra vida. Ahora puedes pensar así, si algo sale mal en tu vida y te despiertas de ese sueño y desarrollas vairagya (desapego), agradécele a Dios: —Gracias Dios por despertarme, de todos modos era un sueño ¿No es verdad?, así que de todas formas no perdí nada ¿Acaso perdí el auto en el sueño? ¿Perdí una pierna en el sueño? ¡No!, cuando me desperté nada de eso estaba allí. ¡Gracias por enviarme una experiencia impactante en mi vida! «Mi amigo me decepcionó», «Mi enamorado me engañó», «Mi socio en los negocios me defraudó», «Alguien más me desilusionó», «Me engañó, siendo que yo pensaba que me deseaba el bien», «Me hizo todo tipo de daño». «¡Gracias Dios por despertarme de este sueño que pensaba que iba a continuar así para siempre!». De todos modos cuando despertamos la pérdida no existe: ¿Has perdido a ese amigo? ¿Has perdido realmente ese negocio? ¿Has perdido acaso aquello que pensabas que perdiste? ¡No! porque también eran parte del sueño.
Una vez Janaka se durmió y soñó que estaba durmiendo y que venían sus soldados y le decían: —Rey ¡Despierta, despierta! estamos siendo atacados por un enemigo vecino. Él se despertó e inmediatamente se preparó para la guerra en el medio de la noche, libró la batalla y la perdió. Luego de eso el nuevo rey le dijo: —Janaka puedes irte de este reino, te voy a salvar la vida porque eres un gran rey, pero tienes que irte de tu reino, no te mataré. Entonces Janaka se fue caminando solo, cruzó la frontera de su estado y entró en el estado vecino.Tenía mucha hambre, no había comido, había librado una guerra y estaba lleno de heridas. Empezó a pedirle a las personas algo de comida: —Tengo hambre, tengo hambre, continuó diciendo esto y finalmente encontró un lugar donde estaban distribuyendo alimentos, se puso en la fila junto con todos los indigentes a quienes se les estaba sirviendo la comida. Janaka continuó esperando y cuando finalmente le llegó su turno, la comida se había acabado —¡Oh!— Maldijo su suerte —Tengo tanta hambre, he esperado durante largo tiempo y ahora se acabó la comida.
Quien estaba sirviendo se sintió mal, lo miró y le dijo: —Se te ve como un hombre bueno de algún origen noble, me parece que te has desviado de tu camino y ahora eres un mendigante, déjame ver qué puedo hacer por ti. Los muchachos de la cantina están allí, tendrías que ver. Janaka que estaba último en la fila se sintió muy miserable, fue allí y dijo: Por favor, ¿Podrían servirme un poco de comida?, Entonces una pobre mujer de pura compasión, rascó el fondo de la cacerola y se lo dió a Janaka. Él sintió algo de alivio: «Finalmente voy a poder comer». En cuanto estaba por ponérselo en la boca, llegó un muchacho por delante y tomó su plato. Janaka se sentía ahora aún más miserable, después de tanto había conseguido tan poco y ahora también se lo habían quitado ¡Qué miseria! y de su extenuación, de su fatiga, lanzo un gran suspiro —¡Ajaaah!— y cayó al suelo, se despertó del sueño, gritando: —¡Ajaaah!—. Vino su esposa y le preguntó: ¿Qué te pasa? Él estaba impactado, miraba para todos lados, no podía creer lo que acababa de suceder. Miró a su esposa con sospecha, miró a su palacio con sospecha, lo miraba todo de esta manera. ¿Es verdad? ¿Es este el sueño o aquel era el sueño? Comenzó a preguntarse: ¿Aún soy el rey? Porque aquel sueño se veía tan real, libré una batalla, sentí tanto dolor y sufrimiento, pasé hambre y sed, decepción y abatimiento, extenuación; ¡Todo aquello era tan real! ¿Me he caído y he empezado a soñar que soy un rey nuevamente? Esa preocupación empezó a matar a Janaka por dentro, absorbiendo su mente. Entonces a la mañana siguiente tampoco estaba haciendo nada, cualquiera venía para alguna tarea: —Señor por favor firme aquí.
—¿Es esto real? ¿Era aquello real? ¿Debemos publicar una ley? Preguntaba a todo el mundo, porque estaba tan impresionado con ese sueño que no le permitía saber si esto era o no un sueño. Aquello parecía tan real: su hambre había sido real, su cansancio había sido real, su pérdida en la guerra había sido real, el dolor, sus heridas, la agonía y la decepción habían sido reales, todo. Entonces, ¿Cómo esto también se siente tan real? ¿Cómo puedo creerle a esta reina? ¿Cómo puedo saber si estas personas son reales o si también son sólo un sueño? ¿Y si despierto de este sueño y pertenezco a aquella otra realidad? ¿Y si continúo siendo un mendigo? Siguió haciéndose esta pregunta y no encontraba paz «¿Cómo hago para saber que esto es real y aquello no es real sino un sueño, y saber que de pronto puedo despertarme con un impacto brusco y no ser un rey, sino en realidad un mendigo?». Entonces dice la leyenda, que Astavakra y algunos servidores que habían estado afuera vinieron y comenzó a preguntarles si aquello era real. Astavakra hizo una pregunta: —En ese sueño ¿estabas tú allí observándote a ti mismo? ¿Peleando, cayéndote, mendigando?
—¡Sí! Yo estaba allí— contestó el rey —Viéndome a mí mismo, atravesando la agonía del hambre, la pérdida, la derrota y la extenuación.
—¿Ahora aquí estás viéndote a ti mismo, reuniéndote con gente de la corte, del ámbito público?
—¡Sí! Me estoy viendo aquí en el trono y vienen las personas a reunirse conmigo, me elogian y aún sigo siendo el mismo viejo y glorioso rey, no soy un mendigo. Entonces Astavakra dijo: —Mira, ni aquello era real ni esto es real, sólo tú eres real, porque lo que está aquí no está allí, lo que estuvo allí no está aquí. Lo único que estaba allí y que está aquí en ambos lugares eres tú, por lo tanto tú eres real, todo lo demas es irreal. Entonces Janaka le pregunto: —¿Qué estás diciendo? Mi esposa, mis hijos, mi familia, ¿Todo es irreal? ¿Es acaso un sueño? Si es un sueño, ¿Qué hay de mí?
—Sólo tú eres real: Brahman, Sathyam. Dicen los Upanishads, Brahman es Sathyam, Verdad, Nithya …
Y la pregunta es: —Si todos tenemos tantos sueños, ¿Por qué sólo Janaka lo cuestionó? ¿Por qué nosotros no lo cuestionamos? ¿Por qué no preguntamos si esto o aquello es real? Hemos experimentado tantos sueños siendo perseguidos por serpientes, tigres, siendo engañados por nuestros amigos, retados por nuestros padres, golpeados por nuestros maestros. ¿Cuántos sueños hemos tenido? O incluso algunos sueños muy alocados, como correr y caerse en un aljibe. Todo tipo de sueños: librar guerras y ser asesinados. ¿Por qué no nos despertamos e hicimos esta pregunta a alguien? —¿Es esto real o no? No hicimos esa pregunta porque nuestro Buddhi (intelecto) no es lo suficientemente agudo para plantear esa pregunta, es por ello que les digo: —Continúen cultivando su Budhi mediante el constante planteo de estas preguntas. ¿Son todas las alegrías de aquí reales? ¿Todos los placeres son reales? ¿El dolor es real?
Recuerda en segundo grado, cuando habías perdido tu lapicera nueva recién comprada que te habían regalado; acuérdate de la miseria que experimentaste en ese momento, sentías que el mundo se terminaba, incluso algunos podrían haber pensado: «En vez de ir a casa y ser asesinado por mi madre, prefiero cometer suicidio aquí mismo en la escuela». ¡Cuán importante era esa pequeña cosa para ti en aquel momento! ¡Cuánto ocupó tu mente, tu cuerpo y tus pensamientos! ¡Cuánta miseria te hizo experimentar! ¿Hoy te vas a preocupar por esa lapicera de dos rupias que perdiste en segundo grado? ¡No! tu Budhi ha evolucionado, dirás: —¿Qué es esta cosa infantil, esta tontería por la que me estaba preocupando?Todas aquellas cosas que pensaste que eran lo más importante para ti; cuando dejaste tus amigos al venir aquí y te marchaste estando en agonía, tu corazón roto en pedazos: «Estoy dejando estos amigos, ¿Cuándo volveré a verlos? ¿Cuándo volveré a encontrar a quienes amo?», lloraste, perdiste el sueño, pero cuando viniste a vivir aquí y creciste, pensaste: «¡Ah! Estas eran cosas de niños, comíamos juntos, jugábamos juntos, pero eso no significa que no pudiera vivir sin esa persona o que esa persona no pudiera vivir sin mí».
De manera similar las cosas que hoy se te presentan como reales, entre ellas los problemas, las aspiraciones, las ideas, dentro de diez años no tendrán ningún sentido para ti, son tan endebles. Janaka preguntaría: —¿Estaba acaso yo allí? ¿Era verdad?Entonces el budhi puede discernir y decirte: —No le asignes demasiada importancia a nada, porque al igual que un sueño, se desvanecerá, nada de esto durará.
Te preguntará: "¿Por qué inviertes tanto tiempo y energía en algo que no va a durar?". Supon que eres un hombre de negocios y te pido, que inviertas en un edificio que parece muy bueno, pero averiguas que mañana colapsará porque está mal construido. Como hombre de negocios, ¿eres acaso tan tonto para ir e invertir, cuando sabes que el edificio se va a caer porque está tan pobremente hecho? ¡No! Entonces ¿Deberías invertir en este mundo que va a desvanecerse mañana? Las amistades se van a desvanecer, tus relaciones se van a desvanecer, incluso el amor de la amistad. El amigo estará allí pero la amistad no, el matrimonio estará allí pero el amor en el matrimonio no, los hijos estarán ahí, pero toda la alegría que pensaste que recibirías de esos niños ya no, la casa estará allí, pero el confort no, la cama está allí pero el sueño no, la comida estará allí el hambre no. ¿Qué harás con eso? Este discernimiento solamente el budhi es capaz de realizarlo, la mente no lo hará, porque la mente florece sobre la falsedad. El budhi discrimina, la mente no sabe hacerlo, por esa razón se dice que desarrolles ese tipo de budhi y descartes ambos, lo bueno y lo malo de este mundo …
Krishna, cuando los Pandavas fueron enviados al bosque, hizo un drama acerca de esto. En una hoja escribió: «Esto también pasará», la plegó, se la dio a Dharmaraja y le dijo: —Cuando estés en los momentos más dificiles y pienses, «Esto es todo, no podemos seguir adelante ni un día más, hasta aquí llegamos», cuando estés en ese nivel de desesperación, sólo entonces abre esto, de otro modo no lo hagas, allí está el secreto, la solución a todos tus problemas.
¿Qué sucedió finalmente? Llegó una situación en la que estaban desesperados, no sabían cómo resolverla, pensaron: «Este es el final», como muchas veces pensamos todos y entonces desplegó la hoja de Krishna, ¿Y qué estaba escrito allí? «Esto también pasará». Lo bueno pasará, lo malo pasará, lo favorable pasará, lo desfavorable pasará, los amigos, las relaciones, el nombre pasarán, todo pasará, pero tú no pasarás. Tú, el Ser, el Atma no pasará, todo lo demás pasará, este cuerpo también pasará un dia.
Por lo tanto el budhi es tu más grande amigo, te ayudará a desarrollar viveka y vayragia, discriminación y desapego. Viveka, ¿Es necesario? ¿Es real? ¿Y por qué debería perder mi tiempo en ello? Vairagya, como te diría un buen amigo, si no necesitas algo descártalo ¿Por qué deberías conservarlo por un día más? No pospongas, esta renuncia no debería ser pospuesta.
El verdadero Vairagya es tener control, porque has desarrollado desapasionamiento por todos los objetos del mundo. ¡Es muy hermoso! para una persona que es así, cuando las cosas llegan las hace y está en paz. No presta una atención excesiva, no se excita demasiado. Si lo bueno viene, déjalo que llegue, esto también pasará. ¿Por qué debería ponerme a dar saltos alrededor de este asunto, si sé que también va a pasar? Si algo sale mal, no me perturbo ¿Por qué? Porque esto también pasará, entonces ¿Por qué debería prestar una atención innecesaria y arruinar mi paz? Cultiven este tipo de actitud conociendo la verdad, todo esto pasará. Por lo tanto, no deben perder demasiado de su tiempo en estas cosas y así es como desarrollarán un desinterés por ellas.
Te convertirás en un Yoga yuktha: te volverás un yogui de corazón puro, que no tiene apasionamiento por nada, hace las cosas porque tiene que hacerlas, nada más que eso.
Realiza tus tareas cotidianas con desinterés y desapego en el sentido de que sabes que esto es transitorio: «Si obtengo un buen nombre, al hacerlo la gente me elogiará entonces podré sonreír y decir gracias». Esto también pasará, mañana habrá algo malo, las mismas personas vendrán y te maldecirán. Entonces allí dirás: —Esto también pasará, estoy cumpliendo mi deber, con el máximo de mi capacidad, como un servicio para Dios; más allá de eso no tengo nada que esperar, nada que ganar, nada que perder. Ese tipo de idea que surge de esta comprensión del mundo y su carácter temporario, eso es vairagya.
Para desarrollar control sobre las cosas debes ser capaz de manejarlas con desapasionamiento.
Esta es la idea de vairagya, proviene de este Budhi que discierne; Sattva Budhi indaga permanentemente sobre qué es lo real e irreal, que es lo temporario y lo perdurable ¿Es necesario que le dedique todo mi tiempo, que invierta toda mi energía en algo que no durará? ¿Por qué debería perder mi tiempo en ello?
Fuente: Extracto de la serie "Domina la Mente" – Episodio 12, por Sadguru Sri Madhusudan Sai (Muddenahalli, Junio – Julio 2020)
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