Ha llegado la hora.
Ha llegado la hora
en que debemos hablar en nuestros corazones.
Porque las palabras no pueden hacer justicia a todo
aquello que tiene que ser hablado a ustedes por Mí
y hablado a Mí por ustedes.
Todos sabíamos que llegaría la hora
en que deberíamos hallar
a nuestro Dios dentro de nosotros mismos.
Estábamos preparados para eso.
Y así,
ha llegado la hora
de volvernos hacia dentro
y escuchar esa voz en nuestro interior
en el silencio de nuestros corazones.
Esto no es repentino.
Esto no es inesperado.
Esto no es una sorpresa.
Se ha hablado mucho
durante todos estos años.
La misma verdad
a través de diferentes bocas
y la verdad es, después de todo, solo una.
¿De cuántas maneras se puede hablar acerca de ella?
¿De cuántas maneras pueden ustedes oírla?
Por lo tanto,
todos nosotros, toda la gente, todos los devotos del mundo entero,
los jóvenes,
los estudiantes,
ahora deben practicar
el escuchar a su consciencia
que les habla en el silencio del corazón.
Y esa consciencia es tan solo una y la misma
Le hemos puesto nombres,
le hemos puesto etiquetas,
de diversas maneras.
La llamábamos "el santo de Shirdi",
la llamábamos "el Dios de Puttaparthi",
la llamamos "el gurú en Muddenahalli",
pero todo es una y la misma, la misma voz de la misma consciencia
que nos habla,a cada uno
en nuestro interior.
Srinivas dijo que Dios es esencialmente un maestro.
Él actúa muchos roles.
Pero el rol más importante de Dios es enseñar a la humanidad
a ir hacia su propio interior.
Y puede usar diversos medios.
Puede ser la meditación, puede ser el seva, pueden ser los bhajans,
puede ser el satsang, puede ser cualquier cosa,
pero todos estos son medios para ir al interior, no hacia fuera.
La tarea, en esta fase,
es enseñar a todos a ir hacia dentro.
Ya no podemos permitirnos ser niños,
a quienes hay que hablar,
empujar e incluso castigar.
Tenemos que asumir, para nuestro supremo bien,
que debemos volvernos hacia dentro.
La tarea de maestro
que recae sobre mis hombros, exige
que me cerciore de que estos estudiantes aprendan sus lecciones
en esta misma vida.
Por lo tanto,
ha llegado la hora de que aprendamos esto,
de que utilicemos todas nuestras fuerzas
y nos volvamos hacia dentro.
Sé que sería demasiado
si sucediera de repente.
Pero sepan que con seguridad
que lentamente y gradualmente
se reducirá
hasta que solo quede el silencio.
Y esto debo hacerlo
ya sea que a alguien le guste o no,
alguien se sienta cómodo o no.
Guste o no, la hora ha llegado.
En consecuencia, debemos aprender a escuchar
a la voz de nuestra propia consciencia en el interior.
Esa es la tarea
para esta fase de la misión.
No quiero asustarlos
pero sé que nuestras conversaciones serán mucho más alegres
cuando sean en la privacidad de nuestros corazones,
que en público.
Y ustedes disfrutarán de estar en contacto con su consciencia.
Y no traten de darle un nombre ni una forma.
Si no tiene ninguno, no creen uno,
además de Shirdi, Parthi, Muddenahalli y los lugares futuros.
Es ese principio, esa presencia, los que tienen que ser reconocidos.
Y esa es la tarea para nosotros.
Sólo estaré diciendo lo obvio.
Que naturalmente, habrá silencios más largos
y menos discursos.
Ya les dije esto, lo dije el día en que llegué a este lugar,
así va a ser el futuro.
Debemos trabajar nuestra salvación en silencio.
Debemos hacer nuestro servicio en silencio.
Debemos andar por este camino de la espiritualidad en silencio,
el silencio de nuestros corazones,
donde Dios habla a cada uno de nosotros
de la misma manera.
Esto es lo que yo decía acerca
de este día muy significativo.
Si esa forma de Sathya Sai estuviera aquí en lo físico,
este sería el último cumpleaños físico.
En adelante, solo serían
lecciones en silencio.
Es por su compasión que Él eligió
continuar lo que tenía que hacer
hasta ahora, hasta este día.
Es solo un año más, como máximo,
después de lo cual
depende de nosotros.
No depende del gurú ni de Dios.
Depende de nosotros, como individuos.
que nos abramos camino dentro de nuestro corazón.
Sí, nuestars Escrituras afirman
que los Avatares ocurren, que Dios se encarna,
que la consciencia no manifestada se manfiesta.
Pero más allá de todas las manifestaciones reside este principio,
la Verdad,
en la cual todos somos Uno.
No hay nadie que ascienda, nadie que descienda.
Simplemente somos.
Y esa es la hora que ha llegado.
La de reconocer esto, elevarnos y darnos cuenta de esto.
Y esa es la tarea que tenemos por delante.
Los proyectos de Swami ocurrirán. Son expresiones naturales y espontáneas
de nuestra profundidad espiritual.
No requieren
más motivación que estar
en sintonía con la creación entera
sintiendo la unidad en todo.
Esto impulsará espontáneamente los proyectos de servicio.
Pero esa no es la tarea principal.
La tarea es que cada uno de nosotros se vuelva hacia dentro
se conecte con la Divinidad que está dentro,
No busquen muletas afuera
si sus pies son suficientes para estar de pie
no necesitan apoyo. Un bebé lo necesita.
Toma el dedo de su padre o su madre, para caminar.
Si suelta el del padre, toma el de la madre.
Pero ya es tiempo, el bebé ha crecido
y puede caminar sobre sus pies.
En consecuencia,
esto es todo lo que es.
Esperen menos discursos, más silencio,
más introspección,
conectándose con el Uno Mismo interior,
más que buscar claves afuera.
Esa es la misión
de ahora en adelante.
A todos los devotos que están mirando,
sé que es bastante malo que no hayan podido venir
y además que les diga que hablaré menos.
Pero no dije que no los vería, que no me encontraría con ustedes.
Nos encontraremos.
Nos visitaremos mutuamente.
Pero no de la manera en que lo hicimos en los años recientes
sino más en nuestros corazones.
Y no teman
que vaya a ser muy difícil
o no tan feliz como es ahora. ¡No es cierto!
Ustedes sabrán
que es mucho más dichosa,
mucho más alegre.
Más allá de los nombres y las formas que hemos venido celebrando
con tanta
pasión, entusiasmo y sinceridad, reside esta Verdad
que, lamentablemente, resulta evitada.
Esa verdad tiene que ser sacada a la luz.
Esa verdad tiene que ser comprendida.
Esa verdad de nuestra unidad tiene que ser advertida.
Yo haré todo lo que se me ha dicho
pero principalmente
el trabajo mío, en particular,
definitivamente no es construir escuelas y hospitales.
Eso es una parte, no el total,
no lo principal.
Lo principal de esta misión es
ayudar a que cada uno se vuelva hacia dentro
hasta que no me necesiten más.
Si no logro hacerlos
independientes de Mí,
habré fracasado en mi misión.
Esa es la tarea
en la que no debo fracasar.
Eso es lo que ha sido ordenado
para Mí.
De modo que tengo claro
lo que hay que hacer y cómo se tiene que hacer.
Celebraremos,
no un día en el año,
o dos días, o diez. ¡Celebraremos todos los días!
Celebraremos cada momento de nuestra existencia,
en nuestra Unidad.
Ese es el futuro.
Los consejos estarán.
Habrá recompensas, y también habrá reprimendas.
Pero, lo que es más importante,
está el camino que tenemos por delante,
en el que todos tenemos que volvernos hacia el interior.
De cualquier manera, en algún momento,
para esta fecha u otra,
esto es lo que habría sucedido
cuando el nombre y la forma desaparecieran
y no habríamos tenido otra alternativa
que volvernos hacia dentro.
Es solo por su benevolencia y su gracia
que Él ha permitido que esto ocurriera gradualmente,
lentamente, para que seamos
capaces de aceptarlo, de asimilarlo.
Cada momento es divino,
cada día es divino,
cada año es divino,
cada persona es divina, cada cosa es divina.
Por lo tanto,
hasta que nos demos cuenta de esto,
nuestra tarea no está terminada.
Tenía que suceder.
Sucederá. Está sucediendo.
El amor no necesita palabras.
El amor no necesita encuentros.
El amor no necesita celebrar.
El amor es suficiente por sí mismo
Por eso, este amor que nosotros compartimos
como uno con el otro,
siendo uno en la divinidad,
no necesita medios exteriores de apoyo.
Ustedes sabrán que nos amamos mutuamente,
sabrán que los amo a todos,
y que ustedes me aman, ya lo sé.
No necesito que me lo digan, ni ustedes necesitan que se lo repita.
Deben hallar eso en su interior
y eso es lo que Yo voy a hacer, en particular.
Dios es, Dios es en todos,
ustedes son Dios. Ese es el camino.
Se ha dicho lo suficiente.