Mira con la misma mente la buena fortuna y la desgracia, la felicidad y el dolor, la pérdida y la ganancia. Estos son productos de la naturaleza como el calor y el frío, verano e invierno. Tienen sus propósitos para servir. Del mismo modo, los altibajos de la vida tienen lecciones que enseñarnos. De hecho, sin reveses en la vida, no podremos experimentar la Divinidad. Sin oscuridad, no podemos valorar la luz. Sin experimentar dificultades, no disfrutaremos de los beneficios. Es la falta de paz mental lo que nos obliga a buscar los medios para lograr una paz duradera. Los Upanishads han declarado que solo a través de la renunciación se debe alcanzar la inmortalidad. Debes aprender a practicar la renuncia para que puedas descubrir el secreto de la paz y la felicidad duraderas.
- Discurso divino, 6 de abril de 1983.
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